Comenzó la tarea de compactación de vehículos en desuso, que fueron levantados de la vía pública en calidad de abandono o de secuestro, y en algunos casos se encontraban hace años resguardados en el Corralón Municipal. Más de 150 vehículos son sometidos a este proceso para luego ser exportados al continente donde serán reciclados. La política ambiental que lleva adelante el Municipio representa no sólo un mejoramiento del paisaje urbano de la ciudad; sino también una fuerte apuesta por la economía circular. En un trabajo coordinado entre las secretarías de Gestión Ciudadana y de Desarrollo Económico y Ambiente del Municipio, se lleva adelante hoy esta tarea que significa un aporte importantísimo para el saneamiento vial y ambiental de Río Grande. Comenzó la compactación de más de 150 vehículos, algunos de ellos con más de 15 años en desuso y al resguardo, los cuales impactaban de manera notable en nuestro entorno. Al respecto, el secretario de Gestión Ciudadana, Gonzalo Ferro, destacó que la compactación de estos vehículos «es una acción del plan de saneamiento vial que implementamos desde el área de Tránsito «, y detalló que de esta manera «crece nuestra ciudad en calidad de ambiente y sustentabilidad». «Tenemos dos objetivos, el primero es mejorar nuestro paisaje urbano, que nuestros espacios públicos estén saneados y podamos disfrutar de nuestra ciudad; y el segundo es continuar apostando a la economía circular, ya que estos vehículos compactados y transformados en chatarra, serán vendidos generando un valor agregado para toda la ciudad», aseguró Ferro. Por su parte, Matías Lapadula, secretario de Desarrollo Económico y Ambiente, explicó que se da prioridad a esta política «ya que con ella y desde el reciclado seguimos construyendo economía circular en la ciudad, y trabajamos sobre este problema que teníamos los riograndenses de acumulación de chatarra y vehículos en desuso en la vía pública». «Hicimos un convenio con la empresa que está compactando, para poder canjear todo este material ferroso por mobiliario plástico que va a ser destinado a distintos espacios de la ciudad, como así también por reductores de velocidad hechos con madera plástica», informó Lapadula, y resaltó que esto aporta «al trabajo local y al valor agregado en la ciudad». De esta manera, el Municipio continúa implementando políticas públicas que buscan hacer de Río Grande una ciudad más segura y sustentable, con un entorno urbano más agradable para las familias; y generando empleo, a través de la economía circular, lo cual además aporta a una mejor calidad ambiental para todos y todas.